El control del tabaco ha reducido el consumo, pero las muertes no disminuirán rápidamente sin un cambio masivo hacia productos de nicotina no combustibles (NNP). El tabaquismo, principal causa de 7.2 millones de muertes anuales en el mundo, puede ser desplazado si los NNP son menos tóxicos, atractivos y satisfactorios para los fumadores. Centrarse en el “control del tabaquismo” e incorporar regulaciones que protejan a los jóvenes mientras se promueve el abandono del cigarrillo es clave. Aunque los NNP conllevan ciertos riesgos de dependencia, su capacidad para salvar vidas al reemplazar al tabaquismo es respaldada por la evidencia científica. Una comunicación precisa sobre sus beneficios es esencial para corregir percepciones erróneas, alinear a las partes interesadas y priorizar soluciones pragmáticas en lugar de utopías de prohibición.
El control del tabaco ha logrado avances en materia de prevención y abandono del tabaco, pero las muertes no disminuirán rápidamente sin un cambio masivo de comportamiento. Actualmente, el humo inhalado al quemar tabaco es el principal responsable de la muerte prematura de 7.2 millones de personas al año en todo el mundo y 530,000 en los Estados Unidos. Ha surgido una serie de productos de nicotina no combustibles (NNP) que han perturbado el mercado. Salvar vidas más rápidamente requerirá la aceptación social de ubicar un “punto ideal” dentro de un marco tridimensional donde los NNP sean simultáneamente: 1. Menos tóxicos, 2. Atractivos (pueden llegar a los fumadores a gran escala) y 3. Satisfactorios (suministro adecuado de nicotina) para desplazar el tabaquismo. Para que este marco de minimización de daños elimine el tabaquismo, es necesario centrarse en el “control del tabaquismo” (no en el control general del tabaco). Al adoptar estos NNP económicamente viables como parte de la solución, los NNP pueden convertirse en un valioso aliado para el control del tabaquismo. La síntesis de la ciencia indica que las políticas y las regulaciones pueden proteger suficientemente a los jóvenes y al mismo tiempo acelerar el abandono del tabaquismo. A pesar de algunos riesgos de dependencia de la nicotina que pueden mitigarse, pero no eliminarse, ninguna evidencia creíble contradice la afirmación de que los NNP salvarán vidas si desplazan al tabaquismo. Pero la evidencia científica y la promoción han exagerado selectivamente los daños del NNP sobre los beneficios. Una comunicación precisa es crucial para disipar la percepción errónea de los daños de los NNP y asegurar a los fumadores que pueden reemplazar con éxito los cigarrillos con NNP. Salvar más vidas ahora es una forma factible y pragmática de exigir la alineación de todas las partes interesadas y facciones dentro del control tradicional del tabaco en lugar de perpetuar la perfección no realizada e irrealizable de la prohibición de la nicotina.